Residencia (en la cárcel)
Estuve en la prevencion de transito por 21 dias hace 2 años y medio, por una infraccion mayor de transito. Estaba viviendo la vida loca y de repente este fue “un frenazo a raya”. Estaba por irme a hacer una maestria en California, habia cerrado todo aquí, sentia que tenia que irme que alejarme que buscar algo nuevo con urgencia, sin embargo... no me podia ir, al parecer.
Esa noche después de una gran fiesta terminé en la Prevención de Tránsito de la Calle Cordero o mejor conocido como Hilton Cordero.
En vez de tomarlo como un castigo una advertencia o mala suerte, pensé que El Universo me estaba enseñando un camino diferente ,algo que debía aprender, un llamado a parar y pensar, en fin a reflexiónar. Estaba ahí para aprender algo que necesitaba para mi paso por la tierra, para mi transformación kármica, qué se yo.
Cuando alguien me ofreció la oportunidad de salir a los tres días pagando una coima al juez, me pareció absurdo. Yo sentía que ese era el lugar en el que yo tenía que estar por alguna razón mayor, que talvez no entendía aún. Así pues fueron 21 días de reflexión intensa, de lectura , dibujo y relacion con siete otras mujeres.
Hice descubrimientos que solo el confinamiento y la noción de prohibición implicita de no poder salir pueden dar. Compartí vidas que jamás habría compartido, momentos terribles de quienes pensaban que no tenían que estar ahí pero estaban.
No poder salir del sitio en que uno esta es una noción impensable para alguien joven, sano. El hecho de estar metido entre cuatro paredes por fuerza nos hace mirarnos hacia adentro, vernos no en el reflejo engañoso y dérmico del espejo, sino viajar hacia adentro esófago abajo, intestinos, corazón, en busca del alma talvez?
Poner atención a los sueños, a los impulsos instintivos y a las relaciones que se forman en este mundo, son algunas de las lecciones de esos días.
He querido recrear esta residencia en la carcel en la muestra Espacios Minimos de la Alianza Francesa, curada por Katya Cazar. Quisiera pasar 7 días, desde el 4 hasta el 11 de Junio en encierro que no es ovbiamente una experiencia de cárcel más si de confinamiento, un modo de meditación, de reflexión sobre la experiencia vivida. Quiero hacer un tejido que dure todo el tiempo de estadía así como una pared verde de flores basada en una serie de sueños que tuve en la Prevención. No tener la compañia de mis compañeras de celda ni de los carceleros es algo disitnto, entonces esto se vuelve un experimento sobre mi propia disciplina y perseverancia. Habrán cosas y sucesos no controlados por supuesto y eso es parte de lo que me interesa experimentar.
Voy a invitar a la gente que se hizo presente en ese tiempo para llegar con su presencia, algo de comer, etc., así como mis alumnos de la Cátedra de Pintura de la Facultad de Artes de la U. Central. Este es un trabajo de práctica social a la vez que de reflexión interior. Todo lo que que salga de esto formara una instalación posterior, la celda, el tejido, la documentación, los textos y dibujos. Huelga decir que el hecho de poder ver a una persona tejiendo, pensando, durmiendo, creando en un encierro construyen una especie de tableaux vivant.
