Wednesday, June 23, 2010



the opening of the exhibit








M U Ñ E C A S


Hace tres años empezamos Josie Cáceres, Paula Barragán y yo a reunirnos en torno al interés común de coser. Escogimos la casa de una de nosotros, llevamos cosas de comer y cada una aportó tanto con ideas como con la gana de hacer algo cosido, tejido o bordado. Yo buscaba un espacio relacional de compartir conversación, risa, comida, etc. Mi idea era recuperar de algún modo ese lugar del espacio doméstico, ese lugar del compartir que las mujeres de antaño tenían y que nosotros, ahogadas en el tráfago febril de las actividades propias de las sociedades contemporáneas, habíamos perdido.

Así surgió el grupo de costura que Sara Roitman apodó de "Costurika", pensando talvez en la unión del vocablo costura y el apellido de Emir, aquel cineasta que tanto nos gusta y con quien nos sentimos tan identificadas, por lo estrafalario, más que nada. Empezaron en este algunas coreógrafas, orfebres, fotógrafas y artistas de todos los caminos. Habían varios hombres que también venían. Después se unieron otras mujeres con intereses distintos y fuimos conformando un grupo que se reune todos los Martes a coser. Al mismo tiempo Josie, Carolina Vásconez y yo, hacíamos "Regalos" con las mujeres de la Magdalena en el sur de Quito, otro proyecto de costura. La primera "labor" que hicimos fue el cuadrado de 30 por 30 en el que unimos las telas de muchas mujeres de Quito, California y Uruguay.

Lo siguiente fue hacer "Casa de Muñecas", un proyecto propuesto por Paula Barragán que ha ido tomando cuerpo y forma poco a poco y para el que han sido invitadas muchas mujeres más, artistas y no artistas a coser una muñeca de tamaño natural. Ha sido un proceso bello, divertido y arduo de varios meses, en donde hemos podido explorar tanto el trabajo de coser, como la propuesta interesantísima de relacionarnos semana a semana compartiendo secretos, preocupaciones, alegrías y todo lo que puede salir de varias mujeres que se reúnen periódicamente. Esto último como parte de aquel lugar en que lo artesanal deviene práctica social, en tanto es producido por un entorno o una red social.

Nuestro grupo continúa reuniéndose en la casa alternada de cada una de nosotras. Ahora la actividad es compartida con el público que llegue a visitar esta muestra. La idea es que éste se pueda sentar un momento, coser y compartir el especial entorno meditativo a la par que social que propone el trabajo de la costura. ¡Diviértanse!


Ana Fernández
Mayo 2010

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