Thursday, September 14, 2006

Dr. Gregorio Hernandez



El Hermano GRegorio no tardaria. Asi ella y yo decidimos cerrarnos las blusas y olvidar que ella tenia unas extranas bolas en las axilas. Le daba verguenza pobrecita. La mujer borracha entro de repente por la ventana del frente. Ya se debian preparar las vituallas, los algodones, los jabones, las jeringas, las rosas, las velas. Todo le gustaba preparadito al Doctor. Yo era su enfermera, con maquillaje Maja y gorro blanco. Me gustaba ayudarlo. Me gustaba sentir su olor a cementerio y a rosa de ayer. A veces se retrasaba. Yo lo embromaba, le decia, "Doctorcito, donde te quedaste, a que muertita le habras estado enamorando". MI madre no lo queria creer tan practica ella tan hecha la cientifica, ven que te pongo una inyeccion que se te han de a ver saltado las venas, te sobo si se sobar muy bien, que iba a creer que mi doctor Gregorio venia a verme cada noche y yo que me enfermaba, que me dolia esto que esto otro. Un dia le dije que me dolia ahi abajo, que me sobara aver si se me pasaba, desde ahi que vuelve cada noche y me pone tisanas y velas y sobos y masajes.

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